Somos jubilados, enamorados del Valle de Lecrín. Nuestra vida laboral fue dedicado al comercio del juguete. Nos gusta la naturaleza, la jardinería, caminar y viajar. Este ultimo nos ayudó mucho a la hora de restaurar Casa Tagomago, nos gusta alojarnos en casas con encanto y hemos diseñado la casa para estancias cómodas y sin preocupaciones. ¡Bienvenidos!